Hasta que no me quito los pendientes, no siento que estoy en casa. Mi pelo es tan ondulado que se vuelve imposible de domar y solo lo aliso cuando no estoy en mi ambiente. No me gustan las puertas entre abiertas y me crujo los dedos cuando estoy nerviosa. Cuando me pongo a pensar, mentalmente me sale una música que me hace centrarme y que suena similar a "kakakakkakaka". Y no me gustan los rumores. No me gusta que indaguen a través de comentarios que aparentan ser inocentes.No me gusta que no me den la razón cuando sé que la tengo y, mucho menos, que me protejan porque me quieran. Y tampoco quiero ser el libro de preguntas y respuestas más frecuentes de medicina. No me gustan las situaciones que no controlo y , por eso, no sé encender ni un mechero( el fuego se lo dejo a Buda y a su amor por los actos dignos de cualquier pirómano perseguido por los guardabosques).No me gusta que los caminos se crucen y descrucen y que me lien. Y tampoco me agrada ser tan monotemática y que me nieguen la mayor.Amigos, solo amigos y con una cara de gato por medio hasta que se demuestre lo contrario.Y que el chico Chis Chis Chis diga lo que quiera, que ya sabemos como es.Y pongamos que todo esto se debe a ti y a tu inutilidad. So inútil.





P.D: Otro día os cuento mi primera experiencia en el mundo maravilloso de la cirugía (y con eso quiero decir el lavado de manos y el cortar los puntos...)que hoy ya estoy enfadada con el mundo y hay que meditarlo con la almohada.

P.D2: pese a todo, sed muy felices, mis niñ@s.