O mi definición, que seguro que la RAE no incluye: darse cuenta que se perdieron cosas en el camino y decidir ir en su búsqueda para sentirse otra vez Charada (sustitúyase aquí el nombre de cada uno, que mi definición no es perfecta).
Así que aquí estamos, de vuelta de todo y de nada. De vuelta a mi rincón del mundo donde los malos malísimos se pueden empequeñecer con los dedos y donde no hay princesas vestidas de rosa, sino de amarillo y con trenzas como arma para pegar a las malvadas madrastras. Vale, se nota la influencia de mi viaje a Disney, pero os aguantáis, que para eso es la vuelta a mi mundo.
Pues eso, que un de día de guardia, te levantas de esa cama llena de bacterias, virus y demás seres microscópicos que habitan en esas sabanas y zas, tienes una visión, te das cuenta que has cambiado tanto que no te reconoces, o mejor dicho, has cambiado tanto que es difícil que te puedan conocer. Bueno, haciendo justicia, os diré que en lo esencial lo siguen clavando (si, chicos, ya soy aquí también la chica- buena-tonta-que-parece-que-se-ha-escapado-del-colegio-y-que-cree-en-la-paz-mundial-y-en-el-amor-eterno-y-amén), pero en lo demás, nada. Si hasta parezco muda. Yo, que produzco dolor de cabeza en solo 2 minutos. Así que ,fruto del síndrome del saliente de guardia y aprovechando que es el cumple de mi maravillosa Almendrita, he decidido recuperarme poco a poco y volver al origen. Puede que como regalo para ella sea cutre, no lo niego, y para el mundo en general en lugar de un regalo, un castigo, pero si podéis soportar una crisis económica y el nuevo single de Pitbull, podréis con esto. Creedme, que ya sabéis que yo no miento nunca.
Así que os espero, mis niñ@s, que yo prometo volver pronto.
Sed muy ,muy felices.
P.D: se avecinan meses intensos, con viaje a NY con Buda incluída. Que Dios, Alá o quien sea coja confesados a estos pobres yankees, que no saben la que se le viene encima...
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