¡Sed bienvenidos, malditos
bichitos bastardos!Disfrutad de la diversión que provoca ver mi garganta roja y seguid destruyendo todos mis linfocitos (que los muy tontos no se defienden, ellos son así...),
provocadme una temperatura cercana a los 39º para que haga juego con la temperatura del exterior (gracias, querido Sol, gracias por conseguir que me sienta como en una incubadora o en un asador de pollos...es lo que quería para completar el cuadro).Y no, no os
preocupeis, que si queréis invadir también mis oídos, son todo vuestros. Total, espero que sea una visita muy, muy corta, ¿no?
Mi madre, como ya sabéis, tiene poderes mágicos. Aparte de estar omnipresente en cualquier lugar de la casa y de saber todo lo que pasa, tiene la capacidad de saber cuándo voy a caer a los brazos de cualquier patología. Para ello utiliza el método diagnóstico más eficaz que dice que hay en el mundo, ver los ojos de cualquiera de sus hijos (y puede que incluso sea aplicable a algún conocido). Sí, ni yo misma sé cómo lo hace, pero ya os he dicho que es mágica.
- "Charadita, a ver, mírame un momento..."
- "Mami, que estoy bieeeeeeeeen, ¡no seas agobiona!"
- "Tu estarás estupenda, pero tienes los ojos vidriosos y eso va a ser que te vas a poner mala de la garganta. Al tiempo..."
Y así tenemos a Mami House. No falla. Y te acierta hasta qué parte va a ser la que dé problemas y con un margen de fallo tan pequeño que asusta. Eso es ojo clínico y lo demás son tonterías.
Así que me he pasado toda la tarde regodeándome de mi enfermedad, durmiendo y maldiciendo porque no me dejan tomar nada frío (bye, agua fresquita, bye helados, bye...)cuando es lo único que me apetece. Lo siento, mundo, pero cuando estoy malita solo me apetece manzanas frescas y bocatas de salmón. Una, que es así de tonta y quiere educar su paladar .
Menos mal que me ha dado tiempo a despedirme de Yoli Fogg, que se va el jueves a la bella Firenze. Jo, cómo envidio (pero de la buena, no de la mala) la iniciativa y la capacidad que tiene para reinventarse, para irse sola y no demostrar nada de miedo a todo lo que se le viene encima.
Espero que te vaya genial allí y que hagas sitio para mi visita. ¡Y no se te olvide buscar mi helado de mandarina, que si no, no voy! =)
Y de lo demás, no hay novedades y creo que no las habrá, pero eso os lo cuento el próximo día, que se merece su propia travesura. Y no, no tengo nada importante que contar porque seguimos con el casting de sapos, a ver si hay alguno al que le siente bien la corona de príncipe.
Sed muy felices, mis niñ@s (los virus no, ellos que sufran y se ahoguen).