domingo, 25 de abril de 2010

Y al séptimo día, sufrió la apoptosis Charada y subió del suelo a la cama de paterna y allí se quedó hasta que el mundo dejó de parecerle tan hostil...Y eso que en mi cuerpo no hay ni rastro de rebujito, of course, así que no quiero ni imaginarme el estado de los que han seguido mi ritmo esta semana...Bueno, no hace falta que me lo imagine porque lo sé: hoy cada uno en su casa y mi vida en la de todos, y para ver los fuegos ya se verá . Lo raro es que no sé salir ahora a la calle sin llevar una flor en la cabeza y mi horario, otro mundo donde la comida es a la hora de la cena y la cena pasa a ser un desayuno consistente. Mañana. Mañana toca volver al mundo real, al mundo donde te espera una pila de apuntes, trabajos sin terminar y presentaciones con las compañeras satánicas de cursos inferiores a horas a las que llegabas a casa la semana anterior. Y algo me dice que en el mundo normal no te dejan comer algodón de azúcar a las tantas de la mañana.

P.D: como siga a este ritmo, puede que incluso me acabe aprendiendo las letras de las canciones. O por lo menos, puede que consiga decir alguna palabra y no solo el nananananannananananana (sí, por decir debéis entender gritar a pleno pulmón al lado de cierto guiri asustado de la hiperactividad de dos chicas que habían ido todo el camino durmiendo...)







¿Os he dicho que seáis muy, muy felices, mis niñ@s?

2 comentarios:

Almendra Puck dijo...

jejeje, sólo tú puedes estar una semana de feria y mantener un cutis inmaculado. No sé cómo puedes no probar el rebujito.

BudaDorado dijo...

hombre, probar probar.--..