-Charadita, hija, ¿Cuándo vas a crecer?

-Pues no sé, de momento me ha ido muy bien así...

-¿Qué vamos a hacer contigo?¿Cuándo pondrás los pies en el suelo?

-Mami, ¿pero me quieres??¿me quieres?¿me quieeeeeeeeeeeeeeres??Anda, venga, ¿sí?

- Charadita, charadita...

Me encanta hacer el payaso.Me encanta reírme ( y eso que la mayoría de las veces sea sin motivo aparente).Me gusta que la gente esté cómoda, que se sientan tranquilos y en confianza aunque eso me coloque en una situación incómoda. Vivo en un universo paralelo que está a tanta distancia de éste que me da miedo el día que tenga que decidir por uno de los dos. Que me falta un hervor y descubrir la realidad no es nada nuevo. Que soy una incompetente doméstica ya no es noticia. Y tampoco lo es que siempre haya ver el mundo desde otra perspectiva, como si hubiera cogido a la Charada a medio camino y la hubiera detenido en ese punto donde todavía se confía en que lo bueno es lo que predomina. Y a día de hoy, ya no sé si quiero seguir o si querré seguir con esta postura a contracorriente de todos o si, por el contrario, debo convencer a todos para que se unan a mi locura y ser un colectivo de Charados .

Y hoy es uno de esos días en los que me gustaría hacer lo que quiero aunque no pueda (odio que siempre vayan emparejados el querer y el poder...¡solicitad el divorcio y dejadnos hacer lo que queramos o lo que podamos sin tener que elegir!Maldito juego de palabras).Así que oficialmente, me instalo en el quiero. Quiero. Quiero. Quieroooooooooooooooo.Quiero tener la sensación de poder con todo.De convertir mis sueños en algo real y dejar así de escuchar las voces de los que se creen mejores por estar siempre en el suelo. Pobres, no saben lo bien que se está entre nubes.