El destino hay veces que juega con nosotros, que nos hace un guiño y se pone de nuestra parte.Y esta vez lo ha hecho en forma de aguamarina. Para los que me conocen definir mi estilo (de vida, de ropa, de gustos...)es tarea difícil, pero la mayoría coinciden en que sería una chica de años 20 o 30, de vida con sueños en blanco y negro y donde la música se ponía en discos. Por no hablar de lo complicado que puede llegar a ser regalarme alguna joya. Caso perdido para todos...excepto para el destino. Por desgracia, este año he perdido a mis abuelas. De una, sabía que teniendo tantos recuerdos y cosas alrededor iba a ser imposible que no la recordara, pero de la otra...Con suerte, mi cabeza mantendría nuestras charlas y paseos pero me faltaba algo. Algo que me hiciera sentir que tampoco pasaría de largo en mi vida si algún día pierdo la memoria o me vuelvo adicta a alguna sustancia y olvido mi pasado...y llegó. Llegó en forma de aguamarina y con historia de amor incluida(el primer regalo que mi abuelo hizo a mi abuela) así que imaginaros...¡Ella quería que yo guardase lo que propició el comienzo de la historia de mi familia!¿Veis cuando digo que el destino también se pone de nuestra parte?
Y aquí estoy yo ahora, escribiendo con él puesto y sintiéndome especial, como si fuera la única que se ha dado cuenta del poder del anillo...Parece una tontería, ¿no?Pero hoy dejadme que piense así solo hoy.Que mañana ya volveré a jugar con el futuro.

Sed felices, mis niñ@s