miércoles, 29 de abril de 2009

Debo reconocer que para una persona a la que le da miedo quedarse sola en casa, saber que sus padres y hermanos abandonan toda una noche el hogar podría suponer el comienzo de un drama. Pero hay que diferenciar entre la soledad por obligación y la deseada.
Todos tenemos pequeños placeres ocultos, cosas que nos guardamos para esos 5 minutos diarios que solo nos pertenecen a nosotros. Y hoy esos minutos han sido horas.
Llegar a casa, probarte un modelito que llevabas tiempo queriendo probarte pero que nunca lo hacías porque no estaba en tu armario, si no en el de tu querida hermana, ponerte tu música, esa que te anima desde que suena la primera nota y ponerte a desfilar/bailar en mitad de tu pasillo. Cocinar cantando y haciendo tu particular imitación de Cameron Díaz en Los ángeles de Charlie. Sentarte en ese sillón reservado para el cabeza de familia y disfrutar de la televisión grande y del magnífico dvd. Elegir la película que nunca podrás admitir que has visto (no me refiero al porno, buda, que te veo la cara ;-)) a no ser que lo hagas ante un grupo de gente tan moñas/friki como tú...Y quedarte dormida en el salón sin que vengan a decirte que te acuestes que es muy tarde...
¿Os he dicho que ya voy perdiendo el miedo a quedarme sola?

P.D: como me alegro de no ser una chica de costumbres arraigadas...
P.D2:Seguid disfrutando de la feria y de la vida, mis niñ@s


1 comentario:

Almendra Puck dijo...

Te imagino desfilando por el pasillo tarareando como sólo tararea Charada... si es que me tengo que reír