Numeritis: dícese de aquel proceso que sufre cualquier Miriano durante los meses previos a la elección de plaza (si es que al final elige y no se hunde en la miseria antes de tiempo).

¿Cuánto tiempo puede el ser humano en general, y servidora en particular,sin saber qué narices va a ser de su vida?¿Pueden el ying y el yang malditos estar equivocados?

Llevo con un estado penoso anímico y de salud desde el día después del dichoso examen. Soy incapaz de sentirme liberada, de sentir que verdaderamente estoy de vacaciones. ¿Cómo?¿Que si soy idiota?Sí, es algo que viene de serie con el modelo "Charada y su madurez"...Tengo las uñas capeadas, el pelo largo como si llevara 3 años en una isla abandonada por Viernes, mi espalda se contrae día sí y día también, me enfado y pienso que me estoy fallando a mí misma, que debería repetir para poder estar en pijama por el hospital y ser feliz...Así que, queridas doctoras, ¿Qué narices me pasa? Quiero quitarme esta mierda de drama interno y decidir algo sin dudar, aceptar lo que pueda venir y disfrutar ahora de esto y de lo que pueda venir...Pero que vértigo da todo... Y encima, sé que para cortar el cordón umbilical de verdad, no con un tironcito pequeño, debo irme más lejos de lo que pensaba (y de lo que pensaban), es como si debiera ser una mini Natalie Portman y cortarme el pelo para hacer una peli independiente, de esas que hacen que te llamen comprometida con la causa para después acabar haciendo una americanada con el eterno adolescente y marido de Demi Moore...Empezar de cero lo llaman.

Así que estamos en este punto, con un cartel gigante de luces de neón que pone SOS, rodeada de listas de pros y contras a las que pienso ignorar y cambiando de ideas cual veleta con cada anuncio/película/blog que leo. Vaya porquería de personalidad que tengo, ya me podía haber tocado un poquito más en el reparto.

Sed felices, mis niñ@s.