domingo, 26 de junio de 2011

Sé que lo sabéis. Sabéis que vuelvo por aquí cuando algo pasa, cuando necesito gritar y chillar y correr sin parar y hacer todas esas cosas de pelis americanas que hace la gente para desahogarse. Sé que sabéis que el drama y yo vamos de la mano a todos lados y que somos las mejores amigas, pero hacedme caso, que esta vez he tenido un ataque de los grandes...Y encima justificado. No sabéis cuántas veces he maldecido esta ciudad nueva en las últimas horas. Cuántas veces he deseado que 600 kms se hicieran en 5 minutos y que al cruzar la calle llegara a mi casa. Porque cuando hay noticias no todo lo buenas que deberían, una necesita a los suyos para que el drama compartido sea menos drama. Para que Buda le diga que todo saldrá bien.Para que Almendra me calme y me entienda y para que Tulp me diga que las cosas cogidas a tiempo se curan y que me ponga al día de las anginas de pecho y yo se lo pueda contar a todos en casa...Maldita niña mala, que no vales ni para recordar cosas que te estudiaste hace nada...
Así que en estas estamos, haciéndome yo la fuerte (sí, yo, para que luego digan que soy el cascarón de huevo emocional) y deseando llegar a mi casa para ver que mi padre sigue teniendo sus dos ojos y sus cuatro extremidades, todo su pelo y sus gafas (y todo lo que se me vaya ocurriendo) y asegurarme que está bien. Que todo va a seguir bien.
Sé que sabéis que tras una travesura triste viene una alegre y sé que estaréis aquí, así que GRACIAS de antemano.


P.D: mientras intentáis ser felices, mis niñ@s, cuidad a vuestros seres queridos, que estos sustos son los que nos hacen descubrir a los hombres y mujeres de nuestra vida.